domingo, 22 de marzo de 2009

El teatro griego

En sus comienzos el teatro se asoció con la magia como medio para dominar los peligros de la naturaleza. Más tarde se relacionó con los ciclos de esta última y perdió su carácter mágico para asociarse con los mitos.

Surgió entonces, en Grecia, en el siglo VI a.C., un rito en las fiestas dedicadas a Dionysos, el dios del vino, la fertilidad y el éxtasis en el que se recordaba la muerte del dios, su resurrección y su glorificación (con vinos y festividades), a imagen de las estaciones. Las fiestas tenían lugar en febrero y marzo como preparación para la primavera. Los coreutas (aproximadamente cincuenta hombres que integraban el coro del teatro griego) utilizaban máscaras de sátiros y machos cabríos y bailaban y se lamentaban en los ditirambos.

Estas representaciones derivaron en la tragedia, en la que un integrante se separó del coro y recitó la parte de algún personaje (utilizaba una máscara de tela enyesada y pelo de crin). La tragedia era el canto del macho cabrío, ya fuera como animal que iba a ser sacrificado o como representante de Dionysos.

Por estas fiestas religiosas se celebraban dos certámenes anuales: las fiestas Leneas y las grandes Dionisíacas. Al terminar las mismas se coronaba con hiedra (lo que se consideraba un alto honor) a los premiados: un poeta, un protagonista y un corega. El primer concurso de tragedias fue ganado por Tespis en el 535 a.C.

Al teatro griego, en el Siglo de Pericles, asistían todos: desde los atenienses hasta los extranjeros, desde las mujeres hasta los esclavos, no importaba ninguna diferencia socioeconómica; el Estado pagaba las entradas de aquellos que no pudieran abonarlas.

La tragedia se caracterizaba por:

  • pathos” o pasión, el padecimiento del héroe.
  • hybris” o desmesura, la soberbia del hombre que provocaba al destino o moira.
  • hamartía” o el error trágico que producía la caída o catástrofe del héroe.

La tragedia siempre mostraba, entonces, el castigo a las culpas humanas, El hombre pecaba por soberbia en contra del destino, a veces por sus propias pasiones, a veces por influencias divinas. Este pecado debía ser castigado y provocaba en el espectador respeto y temor a lo divino. La peripecia era el cambio de suerte de fortuna del héroe trágico, que debía ser castigado. Por lo tanto, la tragedia, que siempre imitaba acciones de héroes, se relacionaba con la épica y los protagonistas servían de ejemplo, de enseñanza. La anagnórisis era el momento del reconocimiento de los errores cometidos, el héroe asumía su responsabilidad. Los integrantes del público se conmovían, sentían compasión al identificarse con el héroe a través de la obra y se producía la catarsis o purificación de las pasiones (que era otro componente de la tragedia).

Las partes de la tragedia griega, siempre escritas en verso, eran:

  • Prólogo: se presentaban los antecedentes de la acción.
  • Párodo: primera entrada del coro, era solemne.
  • Episodios: partes de la acción dramática, el agón era el más destacado (diálogo entre los personajes más importantes).
  • Estásimos: pasajes en los que el coro cantaba y comentaba, dividían los episodios.
  • Éxodo: episodio final con una moraleja.

El coro era fundamental, estaba integrado por bailarines, cantantes y recitadores que intervenían en forma colectiva acompañados de la música de flautas. El coro comentaba, criticaba, influía en el espectador, tomaba el punto de vista del autor o el pueblo. Estaba integrado por quince coreutas en la tragedia y veinticuatro, en la comedia. A los actores se los nombraba hipocritai (hipócritas), aquellos que fingen o que aparentan lo que no son. Los personajes de la tragedia siempre pertenecían a la nobleza.

Los teatros griegos se ubicaban, por lo general, en una colina, al aire libre, con gradas formando un semicírculo, auditorio, donde se ubicaba el público. En el auditorio se encontraba el theatron, cuyo asiento central estaba destinado al sacerdote de Dionisio. Estas gradas primero de madera y, luego, de piedra, rodeaban la orchestra (lugar para el coro, a espaldas del público) enfrente del altar de Dionysos. El proscenio era el lugar de la representación teatral propiamente dicha. La skené, escena, era el lugar por donde salían los actores. La escenografía era un frente de palacio o un templo, con tres o cinco puertas; también se empleaban elementos mecánicos: una grúa que traía a las deidades (este recurso se llamaba deus ex machina); máquinas para producir ruidos y sonidos (relámpagos, truenos, etc.) y el enquiclema (una plataforma rodante que mostraba lo ocurrido fuera de escena). El vestuario se integraba con la máscara, un ropaje especial y altas plataformas o coturnos.

Los coregas (ciudadanos ricos) pagaban las funciones y elegían a los autores, estos últimos a los actores. Primero, se separó un protagonista; Esquilo agregó el deuteragonista y Sófocles, el triagonista (tercer actor).

Los principales autores de la tragedia griega fueron: Esquilo (siglo VI a.C.), Sófocles (siglo V a.C.) y Eurípides (fines del siglo V a.C.).

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